VIVA LA MÚSICA ANTIGUA
El concierto de la pasada tarde-noche del martes 20 de agosto en el Palacio
de Festivales, enmarcado dentro de la agenda del Festival Internacional de
Santander, nos hace reflexionar sobre varios aspectos ligados a la música
clásica. Por un lado, la música antigua, tan denostada a veces, marginada o
relegada a determinadas fechas del año (véase el Mesías de Haendel o las Pasiones
de Bach). Por otro, el formato concierto, que suele ser una especie de ritual
cerrado.
Pero vayamos por partes.
Durante esta 68 edición del FIS, hemos podido vivir una especie de “cambio
subversivo” de estos aspectos, que dotan a la música antigua de nuevos aires,
más frescos y diversos. El auge del aspecto “historicista” (ya desde los años
ochenta) o, mejor dicho, “históricamente informado” ha ido interesando cada vez
a un número mayor de intérpretes, y hemos podido constatarlo en el gran aumento
de agrupaciones de música antigua. Algunas de ellas ya consagradas, con un
formato de concierto que podríamos llamar ya estándar, como la Amsterdam
Baroque Orchestra & Choir, con la magnífica dirección de Tom Koopman,
interpretando Cantatas de Bach. Otras magnificas agrupaciones se unen a este modelo,
más clásico, como Gli Incogniti, Ars Atlantica, Camerata Iberia o Capella de
Ministrers. Todas ellas han cosechado grandes éxitos, tanto en el FIS, como en
sus otros eventos a lo largo de toda la península y del mundo.
Por otro lado, tenemos agrupaciones más jóvenes, que proponen nuevos
formatos de concierto. Una de ellas es la maravillosa Forma Antiqva, liderada
por el asturiano Aaron Zapico, y que están ya en lo más alto del pedestal
musical internacional. Plantean una idea que que llaman “teatro musical barroco”,
al mismo tiempo que resucitan otra, el “cóctel in the park”. Un proyecto
desenfadado y lleno de humor, sin abandonar la excelencia interpretativa, que
ha gustado mucho y esperemos que siga deleitándonos con sus conciertos.
Llegamos así al concierto de ayer. Sus protagonistas eran cuatro flautistas
de pico: Miriam Encinas, Eloi Fuguet, Marcel Leal e Iria Mañá. Bajo el auspicio
de Iban Beltrán como director escénico, han creado un espectáculo innovador, Under Construction (2016), en el que exprimen
al máximo las posibilidades de este instrumento hasta “opera en el espacio”.
Los interpretes son verderos performers,
que actúan al mismo tiempo que tocan. El repertorio es amplio, desde obras del
XVI, como El canto del caballero de
Antonio de Cabezón (1510-1566), hasta compositores contemporáneos como el
místico minimalista Arvo Pärt (1935) y su Pari
Intervallo, que marcó el inicio del concierto, pasando por Bach (1685-1750)
o Tarquinio Merula (ca. 1590-1665).
La velada comenzó, con Pärt, y los cuatro intérpretes entrando desde
distintos lugares del escenario, vestidos con un traje de obra amarillo y unas
luces, tipo minero, en la cabeza. De vuelta al escenario, “decorado” con unas
70 flautas en el suelo, desplegaron todos sus encantos, mostrando su destreza
interpretativa, como en el arreglo del Allegro
del tercer concierto de Brandenburgo de Bach o la alegre Bonny sweet Robin de Thomas Simpson (1582-c. 1628). Hacia el
ecuador del concierto nos sacudieron con una intensa versión de Les Barricades, del compositor alemán
Matthias Maute (1963). Una verdadera base electrónica, digna del propio Dj
Tiesto, servía de fondo para las tres flautas, dos de ellas de pie en sendas
sillas, y la tercera tumbada en el suelo. Dulce y delicada fue Gute Nacht de Bach, lo mismo que la Pavana Italiana de Antonio de Cabezón,
interpretada al principio desde el patio de butacas con los cuatro integrantes
que se “veían” en una especie de espejo proyectado a través de una grabación al
fondo del escenario.
Fuera de programa, varias pequeñas obras, entre las que destacó una curiosa
“ensalada” entre las Estaciones de Vivaldi
y un pasodoble.
Como decimos al principio, una interesante propuesta, presentada en el marco
del FIS, que muestra el interés de distintas agrupaciones por cambiar el
anticuado concepto de concierto, tratando de dar una nueva vida a esa parte de
la historia de la música que, a veces, nos resulta demasiado alejada. Pero ya
lo dijo el gran compositor Giuseppe Verdi: “Torniamo all’antico, sarà un
progresso”, o “volvamos a lo antiguo, será un progreso”.
La guinda del pastel la encontramos a la salida del concierto, cuando decenas de globos de colores inundaron el hall del Palacio de Festivales, con todos los niños jugando y divirtiéndose, sin haberse esperado nada de eso (el concierto, por cierto, era para familias). Una preciosa imagen ver tanta juventud en este espacio, la gran mayoría de las veces ocupado por over60.
(Para más info aquí os dejo la web de Windu Quartet)
(Para más info aquí os dejo la web de Windu Quartet)
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